Una vez hervidas las espinacas, saltearlas con la mantequilla, los piñones y las pasas; sazonar con sal, pimienta y nuez moscada y mezclar con un poco de bechamel.
En una fuente de horno, untada con mantequilla, poner un poco de salsa bechamel y extender una hilera de lasagna en seco.
Extender sobre la misma una capa de la mezcla de espinacas con pasas y piñones, cubrir de bechamel y extender otra capa de lasagna; verter sobre ellas bechamel y queso rallado.
Repetir la operación hasta formar varias capas. Cubrir con bechamel, espolvorear con queso rallado y poner al horno durante quince minutos.